Las aguas de tus ojos

En el cordón de la almas encuentro mis certezas
atado a mi vida, transporta sus verdades,
entonces sonrío, porque en el mar de sus bellezas
recorre su cauce partido en dos mitades.
La primera es la cuesta de una cierta arrogancia
que se lleva las verdades y trae una mentira,
la de parecer invisible en primera instancia
y verse al descubierto desnudando las viejas iras.
La segunda es la dichosa armonía de tu invierno
placeres ajenos de profetas valerosos,
y en cada una de ellas asemejo el paseo tierno
de verme reflejado en las aguas de tus ojos.