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Categoría: Miedo

Umbral

(I Parte)
El relato que están a punto de leer, no es más que un sueño, una incesante y macabra realidad que derrumba las esperanzas de vida que en algún momento pude tener... o que quizá soñé tener...
Sola en mi cuarto, con el incesante silencio, con la brillante oscuridad, tendida en mi cama sin más que mi blanca sabana, trato de imaginar la escena...
Él en la cabecera de la mesa y yo al otro extremo, sin mediar palabras, sin cruzar miradas, solo sentados en medio del comedor, llenando el vacío del húmedo y frío espacio que, a medida que pasan los minutos, va incrementando el vacío que nos separa.
De repente nuestros murmullos opacan el silencio y sale a relucir un lamento, un chillido agudo que ensordece nuestros oídos, que silencia las vagas palabras que pronunciábamos... Al virar y alzar la vista hacia el extraño sonido, noto una figura, una silueta inmersa en la oscuridad de la sala, la entrada esta invadida por una extraña niebla, por un hedor nauseabundo que recorre la casa. Al voltear la vista hacia él, noto que ya no esta, ¿en que momento se movió? ¿Con que tiempo se marcho? Solo estuve fracciones de segundos distraída... Las preguntas sin respuesta comienzan a invadir mi cabeza, a cuestionar su presencia... ¿será que imagine estar sentada frente a él? ¿Será que siempre estuve sola? Mientras reflexionaba los hechos, me percate que ese desagradable olor cada vez se siente más cerca, la niebla cubre gran parte de mis pies, el frío paraliza mi cuerpo... Ahora la sensación de soledad desaparece y comienzo a sentir que alguien me observa, que alguien se acerca... Trato de fijar la vista pero no logro dilucidar mas allá de mis narices, el temor me invade puedo sentir que se acerca cada vez más a mi.
En un intento desesperado por lograr moverme, siento como algo posa su mano sobre mi hombro derecho, siento como presiona el hueso, como se contraen los músculos, cada vez es mas intenso, mas doloroso... Al pasar unos segundos, un sonido retumba en mi oído: - Yo, Yo, Yoooo!! El mismo tono agudo del lamento que hace unos segundos escuche, decía incesante – Yo, Yo, Yoooo!! una y otra vez, cada vez mas agudo... Sin pensarlo respondí: - Calla, tú no sabes nada... déjame, déjame sola que yo se lo que tengo que hacer.
De repente el sonido ceso pero la presión, la presión pasa de mi hombro al cuello y de allí a mi pecho, puedo sentir como se desgarra mi blusa, puedo sentir como algo se desliza por mis senos, por mi cuello, es una fría sensación que recorre mi cuerpo, me inquieto al no saber lo que es, temo que en un arranque de furia pueda partir mi cuello... Trato de gritar pero me veo impedida, mis impulsos cerebrales son enviados pero no son recibidos, algo me frena, algo evita que puedan aflorar gritos de auxilio de mi ser...
En un ataque de valentía digo en voz baja - Detente, detente por favor... Luego de unos minutos el hedor se hace más fuerte, siento una respiración sobre mi, caliente, húmeda, repulsiva... No puedo evitarlo entro en pánico y comienzo a desvanecerme, voy perdiendo la conciencia, siento como si flotara en el aire, como si pesara lo mismo que una pluma.... La presión sigue allí, constantemente escucho murmullos que me dicen - Yo, Yo, Yoooo!!! una y otra vez con distintas intensidades y matices; ya me siento perdida en aquel mar de sensaciones que invaden mi alma, ya no se la diferencia entre lo asqueroso de su presencia o lo agradable de su compañía...
Perdida entre la niebla y las sombras que me llevan a lo que hoy sería mi nuevo despertar... Mi vida entre actos de maldad, llenos de lujuria y pasión, rodeada de sangre y traición...
Al recobrar mi conciencia me percato que sigo allí, sentada en la mesa, con la mirada perdida... pero esta vez con un inmenso deseo de llorar, de gritar para que esa sombra se valla de mi lado, para que esas manos no vuelvan a tocar mi cuerpo, para que su aliento nauseabundo no sea percibido por mi olfato... Me levanto con cuidado y dirijo mis pasos hacia el umbral, ese umbral que me aterra, que afloran deseos que permanecen ocultos, deseos de acabar con su existencia, de terminar los maltratos. La verdad aquel chillido agudo, sigue retumbando en mis oídos con aquella incesante frase - Yo, Yo, Yoooo!!
Confieso mi crimen, he matado... he matado con ilusiones de vida, he matado el amor, todo aquello que significa algo para mi... Ahora mis blancas sabanas, se ven manchadas de sangre, mi cuarto esta impregnado de aquel asqueroso hedor que perturba mi descanso...
Datos del Poema
  • Código: 283215
  • Fecha: 12 de Diciembre de 2006
  • Categoría: Miedo
  • Media: 6.5
  • Votos: 141
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1,852
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: Bless
País: VenezuelaSexo: Femenino
Fecha de alta: 11 de Diciembre de 2006
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