Extraño tus abrazos
y la forma en que me escuchabas,
extraño tu sonrisa
y la luz de tu mirada.
Extraño tus besos,
la dulzura de tus palabras,
incluso extraño
los momentos en que me molestabas.
¿Cómo no extrañarte
si fuiste una de las mejores
cosas que me pasó?
Una excelente persona
con un gran corazón;
saber que fui tu amiga
me llena de emoción.
Hoy quisiera verte de nuevo,
aunque sólo fuera una vez,
y decirte todas esas cosas
que no te dije ayer:
que te quería,
que te adoraba,
que ni te imaginabas
todo lo que me importabas,
que siempre estaría a tu lado,
en las buenas y en las malas,
que podías contar conmigo
sin importar lo que pasara.
Aunque ahora no estés
recordaré tu amistad
porque habiéndote conocido
descubrí un amigo de verdad.
Agosto, 2005