El vivir, el morir.

El vivir, el morir, el callar las percepciones
el alma rota en discordias permanentes
las huestes del silencio, vaciar la mente
lograr aceptar que se tienen sensaciones,
y después de amar las otras situaciones
la vuelta a la verdad, tenue y recurrente,
un puñado de estrellas y tus dones
razón por la cual me vuelves tu presente,
pero a cada sitio en que veo tu reflejo
mis ojos producen la emoción tan de repente
que llego a perder la noción de lo perfecto
de aquello que es hoy y nadie lo desmiente.