Sucede que a veces
me duele tanto el alma,
que ya no sé de barcas
de tiempos, de quimeras
no sé de mariposas,
ni de albas, ni fronteras
no sé de los sonidos
del viento cuando canta.
Sucede que destapan
mis ojos ya sus lágrimas,
y duele simplemente
la frase lastimera.
Como si fuera daga,
aguja de una droga
remedio que no ayuda
cuando se van las horas.
A veces, en las tardes
de aquellos desencuentros,
quisiera irme lejos
volcarme hacia mis sueños;
más es en ese tiempo
que acudes a mi mente
aunque no estés presente
aunque no seas mi dueño.
Qué difícil se me hace
vivir siempre callando,
vestirme de sonrisas
cuando me brota el llanto
amargo y resignado
volveindo a estar tan sola
que quiero descansar en aquella fosa,
de un panteón pintado de blanco.
BE BJ