Los primeros veinte días
transcurridos a tu lado
han rebasado a mis sueños
más locos y desbocados
y han transformado mi vida
en un paraíso encantado.
Veinte noches, veinte días
de continuas alegrías
que me tienen extasiado,
devoto de tus caricias,
totalmente enamorado
de tus múltiples delicias.
Ya te amaba con locura
desde la anterior distancia,
pero ahora, tu ternura,
tu mirada limpia y pura,
tu femenina fragancia,
me nutren con su dulzura.
En un lago de cristales
tan azules como el cielo
me sumerjo a cada instante
y viviré en adelante
colmando a diario el anhelo
de abrigar tu pecho amante.
Mujer tierna y delicada,
prodigio de amor y calma,
ángel que llegó a mi vida
como promesa cumplida,
plenamente realizada,
dueña absoluta de mi alma.
Este mutuo sentimiento
de completa adoración
es hoy el diario alimento
en nuestro bello aposento;
me has renovado por dentro,
¡Reina de mi corazón!-
Eduardo Ritter Bonilla.
Los Ángeles, California,
Jueves 05 de Noviembre del 2009.
Hola Eduardo, hacía tiempo que no entraba a leerte, me encanta éste poema, es maravillosamente romántico, precioso, Es un placer entrar y disfrutar de tus letras. Te dejo mi cordial saludo y mi aplauso. Un beso. Chelo.