En medio de una noche soltera
a plena luz de la luna llena,
te conocí en una taberna; tu
bebías llorando una gran pena
y yo brindaba por la soledad
eterna.
Entre tragos y copas, y un
cigarrillo recién encendido,
me hablaste con lágrimas de
un amor perdido.
Me gustó el tema o tal vez
me sentí aludido, al darme
cuenta que no sólo de mí
el amor se ha reído.
El reloj dió las dos de la
madrugada, para entonces yo
ya fumaba; nos preguntamos que
nos pasaba, tu hablaste de
venganza, yo mencioné la
esperanza.
La canción que sonaba marcaba
en tí dolor; el vodka en mi vaso
resignación, con la música y
el alcohol quise soñar que tu
nombre era esperanza, empezé
con la añoranza, terminaste siendo
mi ilusión.
Autor: Martin Lunary