Paris se viste de blanco.

Hoy estoy cansado,
muy cansado.
Cansado de escuchar,
cansado de decir.,
cansado de pensar;
cansado de escribir.
Hoy, la nieve viste de blanco
el alma de Paris.
Como las novias se visten
llenas de gracia y amor.
Asi es el Paris engalanado
por el blanco color.
Los Campos Elíseos,
me miran con cariño
y ternura.
Quiza porque llevo enfundado
un enorme gorro ruso
que me llega por debajo
de las orejas.
Las solapas del abrigo subidas,
y una bufanda que me tapa hasta la nariz.
Y en la envoltura de un millon de coloridos
reflejos, diamantinos,afarolados de verdes,
rojos,amarillos y toda la gama
que el mejor impresionista,
pudiera meter en su paleta;
-déjome llevar-, mientras allá
al fondo, veo aparecer
El arco del triunfo.Monumento
difuminado por los copos de nieve,
que esconden sus formas, como para camuflar al gigante centinela,
que como fantasma blanco
y altivo, se me presenta
esbelto y macizo,mientras,
por su anchisima y arqueada,
puerta, asoma timida y lejana,
la figura inconfundible
de la torre Eiffel.
Celosa figura, esbelta y guapa,
plantada a orillas del Sena. Y cuya
altura, respira el amoroso
entorno del viejo y moderno Paris.
Hoy, viste de blanco, como la novia
más bonita del universo
como lo que es. La insigne novia
de la gran ciudad.
Sigo caminado entre los escasos viandantes,
que hoy pululan escondidos
entre abrigos y bufandas.
Mientras pienso, que Paris,
bien vale un abrigo.
Principe azul.
15-1-010