Suelta mis manos atadas
que me unen a tu corazón,
esa víscera encarnada
tan dura como las piedras
que ni me ama ni me deja,
que tenga otro gran amor.
Me tienes encadenada
a tu amor que ya no quiero,
conmigo no eres sincero,
para qué quiero quererte,
desátame estas cadenas,
que un amor así, no quiero.
Déjame que volar pueda
con las alas desplegadas
a buscar un gran amor,
que me ame con locura,
que desee mi corazón,
que me acaricie y me mime,
que nunca sienta dolor.
Deja que mis manos puedan
acariciar dulcemente
como una paloma en vuelo
a ese otro corazón,
al que amaré con locura,
estremecida de gozo
por la luz de la pasión.
Suelta mis manos atadas,
que oprimen mi corazón.
Chelo Álvarez
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