Si a callar el silencio te obliga,
por sentir que lastima tu partida,
se valiente y dale los buenos días.
a esa madrugada de belleza inmaculada
que tanto esperabas, no temas. . . no temas,
la vida nunca te reclamará nada… nada.
Si el remordimiento te llegase a visitar
con un beso en sus labios le has de callar,
no hay mejor remedio a todo eso
que la inyección letal del amor en tu pecho preso.
Nunca le digas adiós a la oportunidad,
que de tanto esperar, la felicidad desaparecerá,
y el silencioso frió a tus brazos volverá…
no dudes…es real el amor. . .lo sentirás…
es verdadera esa sonrisa en los labios expuesta,
y el calor de su cuerpo te espera.