Pasados mil años.

He querido mirarme en tus ojos
y besar tus labios
que delicias son.
Y tomar de tu fruto prohibido
que tienes guardado
en tu corazón.
He querido tomar
tu espléndido amor,
y querer acercarme a tu celo
y darte el consuelo
que deseaba yo.
He sentido como me dejabas
tu bella sonrisa
lleno de ilusión.
Degustar la dulzura en tu boca
que a mi me provoca
esta audaz pasión.
He sentido como te alejabas
y muy entristecida
mi alma quedó.
pues yo ya sabía
que tenias marido
y ello me obligaba a decirte no.
Adiós caracola bonita
mi niña exquisita
que Dios me privó.
de hacerte dichosa
y poder amarte
también disfrutarte
y hoy te digo adiós.
Se yo que pasados los siglos
amor de mi vida
aún te querré.
Y pasados mil años supongo
se yo que de amarte
no te dejaré.
El poeta
desconocido.
16/5/014