No me digas incendiaria,
si eres tú, el que me incendia,
con esas palabras tiernas,
que entre tus labios se enredan...
A tu ternura distinta,
a tu amistad sin medida,
a tu charla sincera,
a tu compañía de distancia.
Y me siento acompañada,
como si estuvieras conmigo,
como si pudiera escucharte,
leo tu voz, en mi oído!
Y me dices incendiaria,
por las cosas que te digo,
¡¡si supieras cuántas otras,
pienso, mientras te escribo!!
Si me dices incendiaria,
cuando de lejos te hablo,
qué es lo que no dirías,
por todas las que me guardo!?
Ay! Si tú me escucharas,
lo que en silencio repito,
el decirme incendiaria,
te quedaría chiquito.
Elsa Fariña
10-05-03