Con mis manos de ángel quiero tocar tus tallos humedecidos y oler cada pétalo con mi nariz. Quiero, poder tocarte sin lastimarme, sin clavarme tus espinas de metal. No me hagas daño, tranquila, no te asustes querida. Voy a imaginar que acaricio el cuerpo de mi amada. Lentamente y con suavidad tocó su capullo delicado, mientras observo sus curvas fijamente y en silencio absoluto, casi sin parpadear mucho mantengo mis ojos bien abiertos. Veo cada detalle, mientras pinto un retrato con mi pincel de dibujo. Esplendida figura tienes, me cautivas con tu mirada de almíbar y con tu aroma de café, bella rosa.