Cuando la oscuridad ciega mis ojos
Y una mano opresora me impide caminar,
Siempre habrá, con sentidos luminosos,
Una mano tendida para ayudarme a levantar.
Cuando en derredor a mi ser se tornen
Dudas o enigmas que jamás pude entender,
Estará ahí, cerca de mí, cálida ayuda,
Siempre dispuesta a ayudarme a resolver.
Cuando empiezas a caer a ese pozo sombrío,
Y parece que nunca hallaras el final,
O te estés ahogando, en de miedos un río,
Con su magia te libera de la furia del caudal.
Y si necesitas alguien con quien poderte desahogar,
Siempre te prestarán su hombro para poder llorar...
Y si necesitas a alguien con quien poderte divertir,
Siempre estarán contigo, haciéndote reír.
Y en fin, que más decir,
Si a un ángel no se le puede describir.
Tan sólo añadir:
Cuando tinieblas de muerte cieguen mis ojos,
Y la lóbrega muerte se dirija a mí,
Sé que estará mi madre, cuidándome, esperándome allí.