Tinta

Dame un motivo por el que poblar esta hoja,

tantas veces mirada, sin mancharla con nada.

Escribe la causa que justifique el sacrificio

del árbol al convertirse en carnaza.

Busca el pretexto que te convezca para desempolvar tu varita.

Si ya lo has hecho, agítala.

Verás que de ella resbala una sustancia

que habrás de acomodar en la astilla finísima,

hecha papilla y luego vuelta papel.


Papel que será casa de la tinta misteriosa

que adoptando mis pensamientos

los convierte en algo visible

habitando en su superficie.


Y mudo me quedo ante el poder de mi varita.

Su estela, a simple vista parece tinta.

¿ Y si te fijas ?...

Podrás ver lo que quieras.

Princesas, Hechizos...

solo has de pedirlo y al instante,

tras el ritmo febril de mi mano al escribir,

se moldean los deseos más furtivos.

Se vuelven algo concreto.

Salen de Fantasía de un plumazo espontáneo.

Se convierten en casi reales y ...


¡ Ay ! si les da por entero la luz del día.

¡ Ay ! si no hay una parte que permanece en penumbras.

¡ Ay ! si me enseñan a apreciarla igual que al resto.

¡ Ay ! si alcanzo mi deseo de poseerla por completo.


Se que si la miro se convertirá en sal.

¿ Por qué anhelo poseerla si se que al alcanzarla se perderá el deseo ?...

¿ Y si es este el motivo por el que escribo ?.

Poder darme el capricho de sentirla mía dentro de esta cartulina,

sin miedo a perder mi deseo por haberlo cumplido.