Posado en el árbol añoso
luces tu porte cardenal amarillo.
¿Qué nos dices pajarillo
con tu cantar armonioso?
Repica tu dulce estribillo,
revoloteando glamoroso.
Entre el florido zarcillo,
ostentas tu copete vistoso.
Por el patio tañe tu sonetillo.
Y, en éxtasis delicioso,
¡Oh cardenal amarillo!
Se te atisba, en silencio glorioso.
Con tu gorjeo tan precioso
colmas de alegría la casa colonial.
No te alejes. Tu cantar amoroso
es júbilo sublime, amado cardenal.
Autor: Estela Foderé
Derechos reservados