Soy el árbol que dio hasta la última hoja,
por soñado retoño de todo se despoja.
Sí, todo ese tiempo que duro tu encanto
cuando me amabas y yo aun te amo tanto.
Ahora te dejo que la mejor senda escoja,
como si no me importaras, qué paradoja.
En triste acuerdo, en perderte me planto.
pero ante tu presencia simulo mi llanto.
En algún lugar alguna vez nos hallaremos,
ya no hablaremos de lo alguna vez fuimos.
A pesar de los múltiples bellos recuerdos,
todo por temor de romper nuestro acuerdos.
Te diré todo está bien hasta estando enfermo,
aun sabiendo que es última vez que nos miramos.
Tu purísimo encanto llevo como de un nardo
florece en mi corazón, a pesar de los cardos.
Autor: Alcibíades Noceda Medina