No me vengan con penas,
no quiero ninguna,
ni quiero llantos,
ni malas caras,
no quiero rencillas.
Y es que las peleas me asustan,
las malas letras
me causan melancolía,
solo aspiro
aunque solo sea una vez
en la vida,
poder subido en una escalera
de mantequilla
darle un beso
a esa luna
que ilumina por las noches
y me saca los dientes por el día.
Ella es hermosa,
es morena y a veces rubia,
es un volcán,
una joya,
un paraíso
con sus desiertos y dunas,
es media naranja,
es un cuarto que mengua
y es un colgante
que prende del cuello del cielo
donde ella se siente de maravilla.