Me arranco un pedazo de piel, te escribo un verso.
En mis tinieblas tú nombre gritaré.
La luz del semáforo que me distrae,
Queriendo hacerte arco iris en tus ojos.
Sigue más ojos, que el clavel temprano.
El llanto mío, creció como diluvio.
Aseguro el acierto en su reflejo.
Me desvanezco sin aliento.
Cuando ella pérdida en la mirada,
Me deja la memoria, donde ardía.
Será ceniza, mas tendrá sentido.
En un lugar desolado.
Sin poetas, sin palabras,
Divagando en el verso.
Y no halle, en que poner los ojos.
¡Como entre mis manos te resbalas!
¡OH como te deslizas, vida mía!
Que mi puerta cubierta esta de roció,
Por vida nueva tengo cada día.
Pasa las noches oscuras del invierno.
Pertenezco a esta noche, sin luna.
La que jamás volverá a brillar.
Que difícil trasladar la hoguera sin alumbrar,
Hacer de lo fugaz, la sentencia.
Copyright © 2010 - Ramiro Álvarez Cedeño.