(para mi dulce esposa, Josefina)
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mujer, regalo sublime y sagrado
que Dios me ha dado
para que camine al lado de mi corazón.
mujer, eres oráculo de mis preguntas
y tu razón se impone
cuando la vida, me lanza sus bruscas multas.
¡Oh! mujer,tus palabras y tus consejos
son eternos y son añejos,
das aseo a mi pensamiento cuando te conviertes
en el sustento que me brinda
dulce aliento.
mujer, mi mujer,
que nunca me falte tu compañia,
quiero sentirte como de todo niño
su alegre y dulce fantasía.
mujer, que en cada amanecer estes a mi lado,
quiero vivirte enamorado
y quiero que tu mujer, mi mujer,
seas la que me entrega un nuevo ser.