Era más grande
que el puño
y la vida roja
fluía
cuál río bullicioso
vibrante y precioso.
(Materia y espíritu
en su pleito continuo.
Noches largas,
días cortos,
sueños rotos,
corazón macilento*...
entregándose por completo...
inconciente de lamentos)
Noche sin luna...
...plena penumbra...
unos pasos se alejan...
una pena se queda...
un cristal se rompe
al estrellarse
en la punta de su
zapato de tacón.
(Materia y espíritu
en su pleito continuo.
Noches largas,
días cortos,
sueños rotos,
corazón macilento*...
entregándose por completo...
pero ahora hay un lamento)
Era un poco menos grande
que el puño
y la vida roja
fluía
cuál río bullicioso
vibrante y precioso...
pero tenía clavada
una espina...
perdón, dos...
no, tres....
ohhhh
esa sí dolió...
(todas duelen, pero esa le mató)
Era menos grande
que el puño
y la vida roja
brotaba
cuál efluvio
de alguna triste
mañana.
Respirar no podía,
aspirar le dolía.
No te muevas
alma mía,
le decía,
...quieta...
solo quedate tranquila,
para que sane la herida.
...herida sobre herida...
cicatrizada
y abierta otra vez
con saña e inconciencia.
Tiempo ido,
nada cambia...
(Materia y espíritu
en su pleito continuo.
Noches largas,
días cortos,
sueños rotos,
corazón de cemento).
...espera...
algo cambió...
¿corazón de cemento?
Si...
le sojuzgó la razón.
*Relativo a mansedumbre y/o fragilidad.