¿Dónde estás, Madre mía, hoy que más te requiero,
hoy que más necesito de tu amor y ternura?
¿Dónde estás hoy que tengo tanta, tanta amargura,
que me siento tan sólo, que me siento que muero?
¿Dónde estás? Si estás lejos dime cuándo te espero;
pero ven, no te tardes que sin Ti me perdura
la tristeza, la angustia y es terrible y oscura
esta sed que yo siento de tu abrazo sincero.
¿Dónde estás? No te escondas. Ven, atiende a mi grito.
Mírame, no me ocultes tu mirada amorosa.
Sólo Tú sabes, Madre, cuánto te necesito.
Sólo Tú con tu dulce caricia bondadosa
puedes darle el consuelo a este pecho marchito
que a un suspiro se encuentra de la lóbrega fosa.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC