Hoy quiero pedir perdón,
humilde y sinceramente,
a quienes haya ofendido,
perjudicado o herido
(aunque involuntariamente)
en el transcurso de mi vida.
Hoy quiero sanar heridas
que pude haber infligido
por mi vivir imprudente.
No quiero llevarme culpas
ni cargos en mi conciencia
a la hora de mi muerte;
prefiero ofrecer disculpas,
con humildad y prudencia
y así, aligerar mi suerte.
Quiero así mismo, si puedo,
reparar esas ofensas
y dar alivio al dolor
y por ello, a todos ruego
me permitan dar sosiego
y disipar todo rencor.
Que ya bastante pesada
es la carga de lo vivido
con torpeza y egoísmo;
cómo me duele el saber
que, en ocasiones, yo mismo
pude a algunos lastimar.
por ello, hoy vengo a ofrecer
sincero arrepentimiento
por lo que, en otro momento,
pude dañar u ofender;
sinceramente: lo siento,
¡no volverá a suceder!-
Eduardo Ritter Bonilla.
Te perdono.............................................................................................................................................................................................................................................. ahora debes perdonarte a vos mismo. Me gusta tu escrito. Saludos.