Con justa medida; ni poco, ni exceso
nos amamos sin temor a equivocarnos,
en total madurez de los años canos,
cada palabra dicha tiene real peso.
Nuestra charla cotidiana es tan amena,
siempre resulta agradable hablar contigo,
razonas con delicadeza lo que digo,
en tu mirar siento tu alma buena.
Este momento feliz vivir me toca,
al acunarte tus labios busca mi boca
cual perpetuo rosal es tu perfume.
No me engañas tampoco yo te engaño,
natural resulta ser leal, el empeño
es; vernos siempre los dos conforme.
Autor: Alcibíades Noceda Medina