Rígidos, tensos músculos y tónicos, dibujados con belleza y armonía pero con predomino de equilibrio. Iris de océanos, o paraísos extraños donde el arco iris esconde su matriz. y un mirar que abarcativo, regula con prudencia la lúcida percepción, y la alegría asoma en controlada imagen Amalgama de pureza y perlada sonrisa que enamora, cautiva y mas embriaga… aunque intuyo que miedos de otros tiempos anidan detrás del esbozo y su contorno. Y si el rostro embriaga, mucho mas la firmeza de tus manos, tibia porcelana, exploradoras de tensiones y artesana en su prodigiosa capacidad de sosiego. Y el marco de dorados pétalos dan un aire taciturno, melancólico, que invita al ensueño. Y aún segura, disimulas espasmos y rictus por temores añejos al explorar ignotos caminos donde tus pies inseguros, no dejan huella… Y por sobre la exaltación de la perfección estática asoma el trino de una voz, modulación de armonías que emula claves, celestas y aún oboes, cuando la burla de un bemol ajeno, altera la invención y se quiebra el melodioso amor de las palabras. Pensamientos que son bálsamo y espasmo, averno y paraíso, y mil variaciones mas acorde al estímulo que mueva al llamador de ángeles. Y las tormentas, su furia y aún los daños son contracara de calmas persistentes, siempre el abrigo mas cotidiano de la pureza despojada. Esa pureza, redimida solución de los teoremas Donde se avizora virginal el origen y sus ciclos, mas allá de la ira que miente el sobrevivir. Te veo perfecta, arquitectura de cincelados magos que no pusieron esmero en que escaparas del mármol… Y aunque te cerquen los fantasmas del tiempo y mentiras nutrientes de la vida o los monstruos que es escoden arteros en las farsas de los discursos de falsarios del espíritu, se que detrás de la armonía casi perfecta de las formas hay en ti otra superior, que es la alborada del alma.