Tu aliento satisface más que todo.
Después de tu llamada, vi brillar
el sol en la ventana, también bailar
al colibrí avisté, (siempre han estado).
No es que antes no hayan estado ahí,
solo que la aflicción no deja ver
más allá de nuestro hondo querer,
que esta anidado siempre en mí.
Sabiendo de tu amor absoluto,
la vida retomo con importancia,
en amor real no existe distancia.
Sintiéndote mía nada está de luto,
mi rostro nueva sonrisa tiene,
soy tan feliz y nadie me detiene.
Autor: Alcibíades Noceda Medina