Quisiera ser poesía en la mirada de tus ojos,
y quedarme allí día a día, revolviendo tus antojos.
Pero solo soy:
Palabras sueltas que brotan del corazón,
atoradas, desordenadas, con falta de razón.
Razón que quiere formar versos que lleguen a los sentimientos
en forma de dulces besos
pegados en las mejillas, y allí se queden presos,
como brillantinas.
Pero solo soy:
Rama seca en el árbol del olvido,
movida por el viento que suspira en mis oídos,
deslizando sus lamentos, sin notas… sin movimientos.
Pero solo soy:
Río sin agua,
se secaron las corrientes, las cascadas y pendientes.
Solo piedras húmedas, donde resbalan mis deseos,
hasta caer en el vacío por ensenadas puntiagudas
que hieren los sentidos.
Pero solo soy:
Montaña sin cima, sin camino ni horizonte,
sin caballos que troten entre pinos verdes en el monte.
Pero solo soy:
Luna en el huerto, con cara oculta en su tormento,
donde quedan amores sin luces y sin colores,
porque la imaginación ha muerto.