PERTENENCIAS.

No me esperes a la puerta de una iglesia
cuando den las doce para peregrinar
porque el mar muerto de toda tu realeza
a debido muchas làgrimas en la cuenta del llorar,
no recurras a las pòstumas paciencias
si es que aùn crees que es falso el despertar
porque el sueño de las contìnuas ausencias
ha dejado al tiempo muy pequeño en realidad,
no me llames a la hora señalada
ni en cobro revertido por llamar
porque ha habido lìneas que cortadas
se han vuelto en contra de tu fina potestad,
no me busques por descartes costumbristas
ni te acostumbres de nuevo a mi finalidad
que por bùsquedas se han perdido elitistas
los argumentos de tanta oportunidad,
no me invoques en las lunas que cayeron
en el instante que dejaste de alumbrar
sus brillos que por serlos se distrajeron
y abrazaron las espinas que quedaron del rosal,
no quieras devolverme mis pertenencias
son tuyas, como tuya es mi lealtad
consensuada entre verdades y consecuencias
y el prohibido encuentro que ya no volverà!