Ayudad al peregrino

Que yo no vengo a quedarme
Que tan sólo voy de paso.
Dadme cama y comida
Y luego, que Dios os guarde.
Que soy caminante-peregrino
Y a Santiago voy arañando
las piedras de los caminos.
Que no llevo prendas de lino
Que no llevo camisas de seda
Que no llevo prendas de abrigo
Ni tampoco botas nuevas.
Tan sólo llevo cansancio
Tan sólo llevo la pena
de atrás haber dejado
a una mujer muy buena.
A unos hijos, unos nietos
Una casa, una plazuela.
Amigos, vecinos y hermanos
que hacían mi vida placentera.
Pero salí al campo en la noche
y ví un camino de estrellas.
Un camino que parece
el cómo una hueste guerrera
va levantando a su paso
una inmensa polvareda.
Y recordé que de muy niño,
mis padres cuando dormíamos
a cielo raso en la era,
me dijeron que aquél camino
inserto entre las estrellas,
era el de Santiago:
Apóstol de Cristo en la tierra.
Y por ello estoy aquí.
Pidiendo posada y cena.
Porque no quiero morir
y llevarme conmigo la pena,
de no besar en Santiago
la santísima Venera.