A pesar de mala vida
que la vida sea,
el tiempo que nunca calla,
el viento que pasa sin detenerse,
la noche al alba olvidada,
las estrellas lejos de mis manos,
mis pies, indecisos viajeros
me harán ver cada amanecer
un nuevo horizonte,
donde no existe nada
entre el cielo y mi tierra.
Y en la estela de una fugaz estrella
buscaré un destino infinito.
Y por caminos y senderos
mis pies viajeros buscarán el lugar
donde sigan las estrellas
muy lejos de mis manos,
donde el alba haga de la noche pasado,
donde el viento pase sin detenerse,
donde el tiempo nunca calle.
Encontraré en frágiles espejos
nacidos en aguas cristalinas
vida que se sienta viva,
trinos invisibles
de quien alto vuela libre.
Mi mano será tu mano,
apuntando hacia ningún lugar,
hacia donde mi mundo está.
Nunca callará el tiempo de la irrealidad,
nunca se detendrá el tiempo que no sentimos,
después del alba siempre la noche llegará,
en el espejo del mar podré alcanzar
con mis manos las estrellas.