me tumbo acomodado

Me tumbo acomodado
y la cabeza reposando,
me inclino y cojo el vaso,
lo vacío de un sólo trago;
en tan mísero intervalo,
tu nombre tres veces he cantado,
al viento lo repito despacio
y observa su cambio,
vueltas y vueltas rastreando
tras el nombre que he recitado,
y me pregunto, ¿si eso provocas al aire,
que hará cuando le beses y bailes?.
Pues yo le diré al viento,
todo lo que sé, sin ser elemento,
sé que dios no es hetero,
ya que estarías en su reino;
para mi, ya lo sabes,
eres ángel y un arcángel,
eres tormenta y eres hastío,
pero nunca provocas frío;
le das calor a mi cuerpo,
no me hierve de deseo,
me ilumino, y en mi abrigo
te miro y simplemente, sonrío;
tan fácil es tu mirada,
tan compleja y estudiada,
tan deseada y buscada,
mas supongo no es salada.
Es tan gloriosa tu fachada,
con sus puertas y salidas,
las gárgolas de las esquinas,
y las palomas de tu cara,
viajan al mundo de la nada
y desean tu rama y luz clara.
Vuelve a mi si vuelve el frío,
por si mañana no vivo,
te digo que fuiste lo mas grande
que madre criase en su nido.
A veces tengo dudas,
dudas serias sobre tu esencia,
y entrevisto a la luna
por si sabe lo que piensas,
pero descubro, que las lunas
son tus ojos de almendras,
tan guapa eres mi rubia
tan elegante mi estrella.
Me atrae y me motiva
por entero tu sonrisa,
rompería en todo momento,
del coche mi espejo,
ya sea mañana o noche
a todo momento acudiría
si oigo tu grito, iré al norte.
Rubia, pelirroja o castaña
indiferente me parece tu sombra,
es cuanto hay dentro
del además, precioso cuerpo.
Pequeña que estás dentro
de mi vida y mis caprichos,
te haría el mismo paraíso
para que no vivieras aquello,
ese pasado de fuego negro
que quemaría hasta el infierno,
te protegeré del miedo
cuando necesites un compañero.
Sólo te daré esa medicina,
que te gusta tanto mi reina,
es aquella que más despierto
siempre que contigo me encuentro.
Te quiero decir con la presente,
que estaré siempre para vos,
mi amiga, aparte de cuanto eres,
te concederé si lo deseas el sol.