Sueño del alma que pronto aparece
cual mariposa tan suave y tan bella,
bendito brazo que afirma su talle
enredadera de hiedras que aferran.
Boca de miel, de frutillas y rosas
vaso repleto de amor y ternura,
es el aceite, que aviva la llama
de aquella lámpara luz de mis ojos.
Tan alabada es la lumbre que viste
cual amatista cristal de colores,
y mis orejas que atentas escuchan
acento atisban a todos los ruidos.
Mis ojos buscan su llama y pasión
toda mi esencia te clama por ella,
quieran los astros la ruta que pisa
que se convierta en terreno sagrado.
Cuanto he pedido el calor de sus rayos,
con estas manos te ruego que venga,
y con mis labios por ella te imploro
ser que me diste, y no supe guardar.
Humberto Reyes H.