frente a la gigantesca ciudad
llena de toda clase de ruidos
estaba yo.
un diminuto transeunte de barrio pobre
y colorido, con sol y montaña en las
espaldas,
nacio mi hija soledad,
y la serrania era tan profunda que me hacia
llorar, no la conocia. aun,
caminaba despacio
para atrasar la espera,
un recuerdo en cada rincon
esquinas llenas de puñales, amores y naipes
en las aceras, las escuelas,los solares,
la imponente cadetral de san pedro sula
los niños alegres que nunca debi olvidar
y mi hija que me espera. llorando,
un concierto de buses,
enemigos de todo silencio absoluto.
en casa.
al verle tan pequeña que llenaba el hueco de
mi mano, sonrei.
el ocaso se oxidaba en el horizonte.
la pequeña soledad, de mis venas,
raices de amor de mi alma
pregunte: eres tu mi alma,
soñe.
toda una vida contigo
soledad, fuerza viva del amor
aqui estoy para ti,
la sonrisa llenaron la habitacion y el dia
se fue con la noche.
solo soy un transeunte en esta ciudad,
con sol y montaña en las espaldas.