Con el hilar de mis lágrimas
estoy tejiendo-me un poncho,
para no dejar enfermar mi alma
cuando sola me quedo y me haces falta.
Con el te cuento, cubriré mis ansias
al sueño de la luna llena,
cadenas más cadenas,
mi corazón la-tiente por tu espera.
Estoy tejiendo-me un poncho
con estos hilos de lágrimas,
los que anudan mis esquemas
solo con tu mirada disuelves la madeja.
En busca de mi confesión
allá por las ruinas de Tulor,
apuño mis manos con arena.
Al vapor del Tatio alivio mi condena.
Estoy tejiendo-me un poncho
con estos hilos de lágrimas.
Soy la Nativa Enamorada,
tren-citas tras tren-citas amarro mi esperanza.
Dejando pasar con un hilo
hebras de mensajes del olvido,
que sin mimos ni abundancia,
abrigo nidal de amor en mi camino.
Cuando ya no quedan lágrimas,
arañando costras salinas,
empujada por las ganas,
voy al encuentro de mis lagunas saladas.
Las que levantan surcos blancos,
marcando tu amor en mi cara,
serenando mi alma desenfrenada,
y ayudando a tejer mi poncho,
m, al abrigo de mi amado Licana.
Llora pues, Nativa Enamorada
refugiada en tu ancestral casa,
tejiendo-te un poncho
con tus hilos de lágrimas.