A la víspera de mi regreso, sentado los dos muy juntos
hablamos de tanta cosas, de futuro y de proyecto,
de mi pronto retorno, también hablamos al respecto.
Tanta es la remembranza de aquellos preciosos momentos.
Como podré olvidar aquel instante cuando llorando en mi brazo,
mirándome a los ojos me decía; quédate, ya no te alejes, repetía,
tampoco pude contenerme, que también dejarte me abatía.
Imposibles lo sabíamos, te acuné como infanta en mi regazo.
Al alba nos serenamos, me dijiste, ¿habrás una prueba más?
entonces te conteste; pues si amor, el creador quiere saber
si realmente nos amamos, pues cumplamos nuestro deber,
muy feliz me contesta, con esa sonrisa en los labios que jamás
olvidare. Tome con mis manos tus mejillas, te besé en la frente,
como pidiéndote perdón y te dije; estás mí, te llevo en la mente.