En un balcón junto a las estrellas,
Mirando hacia abajo todo lo mortal,
Con sus manos purificaba el viento,
Y con sus ojos me podía iluminar
Verdes manteles sobre el suelo de asfalto,
Como un campamento encima de un cristal
Donde los sueños se confunden con llantos,
Donde los ángeles se reunían para crear
De entre su boca palpitaban los rasguños
Por las galaxias de profundos quizás
Los asteroides dejaban huecos
Cuando nuestra alma se iba a volar
De el carbón negro bajo sus cejas,
Se producía toda claridad,
En el bosque eterno de lo perdido,
De lo que nunca regresara,
Te espero tarde y cada domingo
Como ese julio que vi volar
De entre las espinas como enemigos,
Junto a lo infinito sobre lo inmortal,
Estaba tu boca y ese toque divino
Para indicarme que no estaba mal
Tocando el pelo de lo anhelos
Y los demonios de un antaño atrás,
Eras el hada con ojos negros
Eras el cielo que no quise olvidar