Eres, mujer de cristal, cual madurado capullo en flor
Que estando en el jardín del amor irradias a todos tu olor
Llenando de ilusiones a miradas despiertas
Cumpliendo con ello lo que desea el entorno
Al que uno sin saber el como, al verte se ajusta un poco
Sabiendo el vacío y, en ti, la soledad cierta
Y te admiro por ello, por tu entrega y paciencia
Con la que has permanecido, en la soledad esta
No abdicando a tu cultura, tu amor, la naturaleza
Viviendo con lo poco, con la nada, la experiencia
Encerrada en esa jaula de oro, platino y vergüenza
Esperando, un quizás, un tal vez, un sin dudas, mañana
Lejana de aquello que quieres vivir, tener, ver
Al temer que puedas estar, así, por perder
Y sin saber o querer, lo que aspiras llegar a ser
Navegas en barco ajeno, en lugares tormentosos
En la creencia injustificada, a un futuro doloroso