Poema tres

Poema tres

José Estrada

El sol se escondió detrás de su presencia,

las nubes se cristalizaron para asaltar una siesta,

las horas se enredaron, en las manos del reloj,

media sonrisa orbitaba, alrededor de la ursa menor.

Dos letras sin delatarse, se levantaron en armas,

su intención sin aroma, dejaron cosquillas enceldadas,

la adrenalina hizo hervir, la masa encefálica,

evaporando de ahí, una eternidad fermentada.

Un vicio, en jugo de virtudes se quiso rehabilitar,

deseando ser sueño, y que un beso le diera el despertar,

descubrió que un antojo, hablaba un dialecto sensorial,

deseando aquí en mis cejas, tener un nido para su nidal.

Un descuido sin saber, se asoció con una trampa,

curiosidades demandaban, saber si esta vida no es prestada,

por que el sol al esconderse, detrás de su misma estampa,

a los sentidos alertó, no dejar caricia pasar ignorada.