Desde tu abandono yo no te busqué,
tu tampoco a mí parecer, y es obvio
pues, ahora ya tienes nuevo novio,
pero yo aun nuestra cama no achiqué.
La puerta dejo siempre entreabierta,
mi sombra sigue sentado mirando
tu partida, pues yo te estoy pensando,
no hallo razón en la casa desierta.
Me concentro por oír tu pisada,
como esperandote esta tu almohada
dibujando donde estuvo tu rostro.
No sé por qué te recuerdo todo esto,
te agradezco la atención y respeto,
a pesar ya no te atañe lo nuestro.
Autor: Alcibíades Noceda Medina