Dices tú que lo nuestro ha terminado,
para mi hace tiempo se acabó;
mas no importa, cuando pase por mi lado,
nada impide para decirnos adiós.
Piensa tú que si mucho nos quisimos,
que remedia que guardemos un rencor;
creo yo si ante Dios ambos pecamos,
de un fracaso culpa tuvimos los dos.
Nuestra culpa fue por nunca comprendernos,
y el fantasma de los celos que tanto a ti te cegó;
destrozando un amor que deja huellas,
en el fondo de un humilde corazón.
Pero al fin, que hacemos con lamentarnos,
si sabemos que ya todo culminó;
que aquel beso que nos dimos al marcharnos,
fue el testigo del final de nuestro amor.
Así tal vez habrán sólo recuerdos,
que quizás allá en el cielo al encontrarnos,
digo yo si es que allí logro subir,
puede ser que entre nubes y entre santos,
sabe Dios si te puedo hacer feliz.
Mientras tanto, si hemos de seguir sufriendo,
derramando tanto llanto,
que sigamos como estamos;
creo yo que es lo mejor.
Si nos vemos saludarnos sin un odio ni rencor,
y los errores pasados que nos lo perdone Dios.