Su majestad naturaleza

El ocaso quedó atrás, la noche encrudece la tempestad.
Desde la ventana observo los árboles desnudos,
despojados de sus hojas fantasma de pájaros, mudos.
Como llorando están en el medio de la sombría oscuridad.
El viento lleva y alejan del tronco sus hojas muerta.
Cruje el viento rechinan las ramas enviando mensajes,
como pidiendo clemencia o que le devuelva sus follajes
Luego esperan silenciosamente que el tiempo se revierta.
Es un claro ejemplo como debemos ser resignados y pacientes,
cuando perdemos en momento lo consideramos nuestra.
La naturaleza es impredecible en su poderío eso nos muestra.
La realidad es que solo somos casuales residentes.
Ajeno de la real diversidad del universo y de los nos rodean.
Refugio perecedero. En la majestuosidad donde todos merodean.