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Llegó el ocaso
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Se abrió el telón alboreo.
en agreste madrugada,
Cortejada de sol y aire.
en esa mezcla lisonjera
Unas nubes en súbito goteo,
hicieron que lloviera,
Liberando notas, lamentos
cuando el calor marchaba
Circundante y fugaz,
volaba una hermosa golondrina
Pareciendo que siguiera.
al viento que se aleja,
Con pajarillos en coro,
que promulgaban una queja,
De gorjeos y tonadas.
como avivando la mohína.
Llegó el ocaso, los nubarrones
se arroparon de oro
Semejando cargar un sol,
que lentamente se despide
Entre penumbras de una noche,
manchada por la hiel.
Que se entona en un recuerdo
Ese que por siempre añoro.
Acortinado en la vigilia,
sobre un candil imploro,
Acuda..porque mi sentir,
con su alma no coincide
Por que mis poros.
no contemplan..mas su piel.
Porque mi mente es aforo
De sus rios mar y selva.
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