Mi vida se lleno de ti,
Tu gran amor me transformo
Tu presencia yo sentí,
Mi contexto de tu paz se colmó.
De tu belleza soy un resplandor,
De tu grandeza una miniatura
Señor eres tu mi consolador,
Hiciste de mí una nueva creatura.
Cuando triste y caído estaba,
Con amor me mostraste la salida
Me llamaste cuando sin esperanzas yo andaba,
Con amor de padre entregaste tu vida.
Bendito por siempre sea el gran yo soy,
Hiciste de mi corazón un prodigio
Si quieres este templo yo te lo doy,
Para que hagas de él tu refugio.
A tu magnificencia me rindo,
Me diste un camino por el cual transitar
De mi mundo eres lo más lindo,
Gracias señor hoy solo a ti quiero alabar.
Ángel R. Anaya
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