En el centro del abismo,
en aquel punto infinito del universo,
en el sitio menos pensado,
me encontré.
Merodeando las lagunas del óseo
aspiraba evadir al inconsciente,
mientras roncando despierto sin cesar
mi percepción de las cosas se tornaba casi nula.
Gritos internos sin razón,
palabras escondidas en una habitación
implorando salir a jugar.
Ni Charles me regalaba sonrisas,
y haciendo oídos sordos a su sapiencia,
ya no aprendía como si llegare ayer,
ya no vivía como si partiría mañana.
Y cuando creí derrotado,
retratado en un espejo,
hallé mi solución.
La conclusión es sencilla
pues tus ojos atesoran la exclusividad
de abarcar un cielo de estrellas
y desde lo superior reflejar tu genio.
Sé débil,
pues te pisotearás tu mismo,
antes que lo realicen los demás.
Sé fuerte, persevera, triunfa,
y ganarás tu propio respeto,
tu dignidad, tu tranquilidad, tu vida.
En las grandes batallas,
gladiador es aquel que lucha por sus sueños sin rendirse,
aún vencido.