En mi escritorio en el alba,
en la ventana, en un árbol,
sobre la arena y la nieve,
todo señala su nombre.
En las páginas leídas,
en las páginas en blanco,
sangre, papel o ceniza,
todo señala su nombre.
En los desiertos del norte,
en carreteras silentes,
entre las flores del parque,
todo señala su nombre.
En toda luz que se enciende,
en toda luz que se apaga,
bajo las sombras cautivas,
todo señala su nombre.
En el poder la palabra
vuelvo a vivir cada día,
para nombrarte y sentirte
en un suspiro, Libertad
Humberto Reyes H.