Ilusión y alegría al nacer, nos dió,
como flor de madreselva al anochecer,
como la lluvia después del trueno, irrumpió,
deseosos de abrazarla, amarla y protejer.
Así, nuestras vídas llenó y alegró,
siendo lo más importante que tener,
cuidandola con esmero y tesón, creció,
su hermoso carisma, nos hizo enorgullecer.
Ahora, desarrolla un fuerte y firme caracter,
que usa en cada momento de esta vída,
sirviendole al luchar, y así a la maldad vencer.
Esperando que resista, pontenciaremos su poder,
para que pueda aguantar aún su alma condolida,
ya que eres y serás, ¡lo mejor! que nos pudo suceder.
JLM