Me eduqué en la disciplina
más no soy disciplinada,
en desaires consentida,
en mis caprichos mimada,
cuando me gana el orgullo
no me muestro arrepentida
aún estando equivocada,
defendiendo noble causa
nunca seré doblegada,
cuando la vida me reta
acepto nueva partida,
la experiencia ya vivida
me entregó cartas marcadas,
tan sólo abandono el juego
si el reto es de sentimientos,
esa partida la evito
no quiero causar dolor
y dolor no necesito,
dentro de mi realidad
exijo sinceridad
dejando la puerta abierta
para una buena amistad.