El comienzo de un nuevo año golpeaba las puertas,
La navidad regalaba sonrisas
Mientras la magia se hacía esperar.
Las 29 pinturas del almanaque
Se detendrían en un instante,
Los relojes enmudecerían como yo,
Sin siquiera imaginarlo.
Las palabras se esfumaron,
Y yo tan solo atinaba a reír
Al compás de tu ternura.
Mis ojos se perdieron en las olas de tu mirada
Sin siquiera decir adiós.
Tu dulce melodía
Llegaría a mi poco tiempo después
Induciéndome a creer que el silencio
Sería tu mayor virtud.
Con el transcurrir de las semanas
Intenté retomar la rutina,
Pero nuevamente apareciste tú,
Desfilando frente a mí,
Desafiando mis sentimientos y emociones.
En ese momento me ciegue
Y olvidé mis miedos,
Enfrente a mi destino
Y salí en busca de mis sueños.
Y allí estábamos tú y yo,
Frente a frente,
Atrapados en el silencio,
Perdidos en las ganas.