Pobre Elisa. . .
Entre plumas de colores perdió su bondad,
la última campanada sello su fatalidad.
Por creer en todo, al final sucumbió ante la maldad,
quien lo diría, esa alma buena se perdería.
Pobre Elisa. . .
El veneno mortal congelo su sonrisa.
No hubo remedio, la invadió como cáncer interno.
No sabía que ese camino la extraviaría,
y entre el bien y el mal. . . el mal triunfaría.
Pobre Elisa. . .
Irónico lo que vivió, yendo todos los días a misa,
al final, ni Dios perdono lo que ella peco.
No hubo arrepentimiento a sus pecados.
Pobre Elisa. . .
No había sentencia que purgara,
para que por ello pagara,
en un abismo profundo y negro se extinguía.
Pobre Elisa. . .
Nunca más su cara al mundo presento,
en su rostro se notaba el sufrir,
como alma en pena tuvo que vivir.
No hubo quien se apiadara de sus penas, al final se perdió entre la niebla.
Pobre Elisa. . . la más hermosa sonrisa!