elevemos al cielo una oraciòn
por el amigo que se acaba de marchar;
ese que en sus momentos de emociòn
con sus anecdotas nos supo deleitar.
Mi quebrantada voz al cielo implora
humildemente al altìsimo perdòn,
por ese amigo quien yace ahora
enclaustrado en oscuro panteòn.
En un instante falaz perdiò la vida
una vida llena de amor y de esperanza.
esa figura entre nosotros tan querida
hoy, en frìa tumba en paz descansa.
su cuerpo, hoy, convertido en ceniza
abandonò las perfidias de este mundo.
Cual triste adios te ofrecemos esta misa,
hermano, amigo de corazòn errabundo.
tenemos el alma herida, el corazòn maltrecho,
no damos crèdito a este acto atroz;
nos constriñe tan aberrante hecho,
que te cegò la vida y te elevò hasta dios.
Tu cuerpo hoy en oscuro panteòn
quedò ante el mundo como afrenta,
pues siempre fuè tu mayor ilusiòn
sentar un precedente, una protesta.
Ciro Alfonso Carvajal, dilecto amigo:
igual que el rìo va buscando el mar,
o como el ave que cansada busca el nido,
asì te fuiste al cielo a descansar.
silencioso como tambor enmudecido,
hago postrer homenaje a tus restos;
con ojos llorosos y el corazòn transido,
te digo adios, con mis humildes versos.
JUCAR 86